Gabriel Zaid publica un artículo en la edición del domingo del periódico El Norte en el cual crítica a los economistas [1]. En general el texto cita dos fuentes principales: The Economist y Paul Krugman. De la primera fuente rescata el título de un artículo "¿Qué es lo que falló en la ciencia económica?" y menciona a Krugman cuando se refiere a la macroeconomía como "espectacularmente inútil, en el mejor de los casos; y, en el peor, francamente nociva".
Cita a Edmundo Flores, economista, afirmando que “se atrevió a decir que la economía mexicana había funcionado bien hasta que llegaron los economistas” y remata aseverando que “El crecimiento económico más estable y prolongado del siglo 20 estuvo a cargo de un abogado: Antonio Ortiz Mena” y que “El milagro económico mexicano lo construyeron los abogados y lo destruyeron los economistas”.
Es una lástima que presente sus argumentos de forma tan sesgada y pobre. Me da la impresión de que escribió su artículo después de leer The Economist, pensando que esa lectura en conjunto con sus aventuras como economista le permitían escribir algo solido, no fue así.
No digo que no tenga razón en algunos puntos, los economistas en el poder, en este caso los economistas en México, han tendido a hacer pendejada tras pendejada, no lo afirmo partiendo de un análisis como economista, sino como mexicano padeciendo la evidencia de las barbaries que han cometido, sin embargo no creo que su actuar fuera causados por ser economistas; abogados e ingenieros, entre otros, también cometen burradas.
Por otro lado, Centrar el “milagro económico” en una persona (Ortiz Mena) me suena más bien místico, religioso, mesiánico, las cosas no funcionan así, para que nos vaya bien se deben conjugar varios aspectos, no necesitamos un líder (mucho menos un abogado) que nos venga a rescatar, lo que necesitamos es que los cien millones y piquito de mexicanos nos rescatemos a nosotros mismos, que rescatemos México. Me parece inútil el punto de comparación.
Tener un título de economista (Lic., MA. o PhD) no implica que las acciones y decisiones se tomen como economista, la teoría y evidencia económica indica que la corrupción esta correlacionada con un bajo desarrollo económico, sin embargo preguntando cualquiera puede encontrar anécdotas de economistas corruptos. Esto no descalifica a los economistas, descalifica a un corrupto con titulo de economista para ejercer funciones públicas y privadas. Muchos que tienen títulos de economistas y que trabajan en gobierno tienden a convertirse en políticos y actuar como tales no como economistas, al menos no el 100% del tiempo, la tradición mexicana es que los “servidores públicos” trabajan para servir a quien les dio el poder, para lo cual parece ser necesario tragarse toda la ética y el carácter honesto, mucho más tragarse la teoría económica, como ejemplos abundan las declaraciones de algunos burócratas de Hacienda, Banco de México, etc.
Su punto sobre los teóricos de pizarrón me parece miope. Existen economistas “de pizarrón” así como existen sociólogos, psicólogos, físicos, químicos, etc. "de pizarrón”, todos son útiles, todos son necesarios, a menudo son la avanzada en la ciencia que genera lo que se usara en el futuro, lo que nos explica el mundo tan complejo en que vivimos, que no lo entendamos es otra cosa, que queramos achacar los males del mundo a unas cuantas ecuaciones que aparecieron en una revista académica o que se escriben sobre el pizarrón es otra, esta gente de “pizarrón” generalmente dedica su vida a áreas teóricas, ese es su trabajo, un trabajo que, repito, es necesario y útil. Ahora bien, si algún economista decide aplicar dichas ecuaciones de forma cruda a cuestiones de política pública el problema es otro, es absurdo suponer que las personas que trabajan a diario, pagan impuestos, se cansan, tienen sentimientos, se aburren, etc. van a actuar como el modelo supone, sin embargo, los resultados de estos juguetes de la realidad (modelos) nos dan una idea de cómo puede ser la realidad bajo ciertas circunstancias, la imaginación, el ingenio, la creatividad, la experiencia y la intuición de quienes usan estos resultados son los que le dan a las aplicaciones de estos modelos la debida utilidad.
Rescato del texto una crítica valida a la arrogancia que caracteriza a muchos economistas y la cerrazón y prepotencia con la que actúan (no lo dice así Zaid, así lo leo yo en su texto). Sin embargo, este carácter lo comparten con los diputados, senadores, líderes religiosos, intelectuales, etc. por lo que no veo que sea un problema particular de los economistas, aunque si uno que deba tratarse como problema a resolver por parte de los mismos, aminorar lo mamón puede traer resultados favorables, sobre todo si lo mamón no permite diseñar políticas públicas inteligentes, despilfarra recursos de los contribuyentes y contribuye a la permanencia de la pobreza.
Ojala Zaid hubiera leído también a Levine [2] y su contrapunto a los argumentos de Krugman, a mi gusto una de las defensas más solida hecha hasta ahora a la ciencia económica. Tal vez hubiera sido de más utilidad su generosa crítica, más sólidos sus argumentos y sonado menos naïve en sus afirmaciones. Por eso no crítico la poesía, por eso no afirmo que los poetas son los culpables de los males culturales de México.
[1] http://www.elnorte.com/editoriales/nacional/534/1067585/
[2] http://www.huffingtonpost.com/david-k-levine/an-open-letter-to-paul-kr_b_289768.html
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