Wednesday 13 February 2008

Mankiw se muestra preocupado por las declaraciones de Obama:

It's a game where trade deals like NAFTA ship jobs overseas and force parents to compete with their teenagers to work for minimum wage at Wal-Mart. That's what happens when the American worker doesn't have a voice at the negotiating table, when leaders change their positions on trade with the politics of the moment, and that's why we need a President who will listen to Main Street – not just Wall Street; a President who will stand with workers not just when it's easy, but when it's hard.

En otras palabras le salió lo populista al Obama. ¿Qué tan responsables son los candidatos, de cualquier país, de las cosas que dicen? El costo de decir barbaridades o prometer y no cumplir es tan bajo que les resulta óptimo decirle a una audiencia una cosa y contradecirse ante otra, en función de la expectativa de votos a ganar. Si los votantes estuvieran bien informados (al menos no desinformados) los votantes podrían castigar a quien se contradiga, mienta o fantasee obscenamente de más, el costo sería mucho mayor y los incentivos para mentir o fantasear irrisoriamente serían menores para los políticos. Por otro lado, si todos los candidatos mienten o fantasean más o menos con la misma frecuencia e intensidad el daño sería nulo ya que comparativamente ninguno quedo mal frente al otro (todos los candidatos son patéticos) eso, me parece, se da mucho y muy seguido. A todos nos juegan el dedo en la boca.

Respecto a lo del TLCAN, parece un tema interminable. Lo malo es que de tanto oírlo, el ciudadano mal informado termina por creerlo. Y una sensación de malestar generalizado puede desencadenarse, la solución podría ser que un órgano o institución independiente y sin ánimo de beneficiarse, con aprecio sagrado por parte de la población, se encargara de informar a la ciudadanía, por ejemplo las universidades. El problema, para mí, es que no veo economistas, por ejemplo, tratando de comunicarle a la gente una “verdad” más informada con evidencias (verdad al menos desde un punto de vista académico) en un lenguaje coloquial, un “Carl Sagan” de la economía. Lo único que tenemos, en México, es un montón de “campesinos” con tractores (a estos si les alcanza para los tractores) protestando en la Cd. De México por el TLC y un comercial patético de propaganda gubernamental contraatacando donde se le oye a una señora decir “hoy un chiapaneco puede hacer lo mismo que un japonés o un norteamericano” claro, no dice “qué”, igual se refiere a que un chiapaneco se puede tomar una coca cola al igual que un norteamericano o un japonés.

Generalmente con tratados como el TLC hay perdedores y ganadores, lo que genera bastante carne para el asador para que los políticos se den una buena atascada. ¿Quién les hace la pachanga? Nosotros, otra vez.

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